El vino Monasterio de las Viñas, con su sabor intenso y profundo, rinde homenaje a los monjes circenses que, en la antigüedad, desafiaron las normas sociales.
En un tiempo donde solo los nobles podían disfrutar del néctar de la vid, estos monjes, con astucia y valentía, ofrecían vino de manera clandestina, compartiendo así un poco de placer y alegría a las vidas de quienes no pertenecían a la aristocracia.
Cada sorbo de este vino es un recordatorio de su legado, una celebración de la resistencia y del deseo de compartir lo que el vino simboliza: comunidad y festiveza.